Cersei siempre ha jurado que no sería de ningún hombre si no era de él. De Jaime. Mitad de su sangre, mitad de su carne, mitad de su alma. Juntos nacieron y juntos morirán. Eso lo dice ella, lo asiente él, y es una de esas verdades incuestionables que duran para siempre.
O al menos lo ha sido hasta que Tywin Lannister, su señor padre, decidió que
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